Sendas en Farrajón

Hoy los chicos de Buñol se han sacado de la gorra una ruta de "bocato di cardinale". Cortita para que no se nos hiciera muy tarde por el calor insoportable que hace en Buñol, pero muy divertida. Eso sí, hemos llegado a casa que parece que nos habíamos peleado con un montón de gatos. La ruta parte de buñol por la zona de El Planell, para buscar farrajón por bajo, ir a Cuatro Caminos y volver cerca de Turís hasta la zona de Alborache. Luego vuelta hasta buñol por detrás del Turche. Sin parar de hacer sendas. Muchas de ellas las conociamos de la KDD buñolera, pero otras han sido totalmente nuevas, y ha sido muy divertido hacerlo con ese ritmo tan tropical al que acostumbran los buñoleros.

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La Herrada - Hortunas - La Portera

Al final, y tras desechar la ruta de El Reatillo, me decidía a ir a lo seguro: Herrada, senda de la marcha de Hortunas, dos adornos de la marcha de dicho pueblo, al muerzo en La Portera y una vuelta sencillita. Dicho y hecho. Sólo habían un par de incógnitas: la salida en dirección a la Herrada y las variantes alrededor de Hortunas. Las segundas resultaron ser fáciles y no dar mucho de sí, pero la salida en dirección la Herrada fue de órdago, unos rampones impresionantes con piedra suelta que nos tocó patear un buen rato. Eso sí, en la zona previa que borde al Magro vimos unos parajes sin igual, incluyendo caballos salvajes.

Luego buen almuerzo en La Portera y vuelta tranquila por caminos y una sendita hasta Requena. Mañana completa. Ahi va el track.

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El Reatillo

La idea de esta ruta era reconocerla para luego al día siguiente hacerla con amiguetes, y para variar de los típicos recorridos hacia la Herrada, pues quería conocer la zona del barranco del Reatillo. Sin embargo nadie me dijo lo que me iba a encontrar. En principio el recorrido no era demasiado complicado, pistero y entre pinos, hasta que llega un momento que aparece una puerta de entrada a una finca. No me hacía mucha gracia que caminos supuestamente públicos se hallen cerrados, pero bueno, tan sólo es cuestión de bordear un poco y entras... Empiezo a alucinar con la finca, los pinares, los jabalies... tenia pinta de coto. Pues bien, me las vi y me las desee para salir de allí, puesto que los caminos se pierden o llegan a puertas y vallas que al final tuve que saltar. Para postre cuando llego a la carretera me tengo que tragar una bronca enorme de un señor que pasaba con un coche porque me ve saltar. Con muy malos modos. Total que recorté un trozo por carretera y luego me evité la subida a la Herrada. La excursión para el dia siguiente quedaba abortada por esta zona.

¿Que sucede? Que es una finca real donde su majestad viene a realizar cacerías. Sin entrar en más valoraciones de si es ético privar a la gente de zonas tan valiosas desde el punto de vista medioambiental, y poner barreras a excursionistas y ciclistas, diré que no volveré a aparecer por allí mas.

Ahí van fotos y track por si a alguien le apetecen aventuras.

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Vacaciones activas en Requena - Recorrido de marcha Utiel 2003

Esta vez me junté con Ruvens y MXMan para hacer el recorrido de la marcha de Utiel en 2003, que por otro lado es fantástico. Sendas y pistas preciosas, que la acompañamos de un día con nubes y llovizna, que agradecimos porque dejó el terreno espectacular y nos permitió no calentarnos demasiado.  No hay grandes desniveles a excepción de la subida y bajada de las antenas del Remedio, que tiene su miga. No hay fotos de la jornada pero sí os dejo el track.

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Vacaciones Activas en Requena - Ruta 1 - El Magro

El primer dia de BTT me decidí a salir por el magro, una senda que una vez hice andando y que quería hacer con la bici, ya que algún osado había ido y había dejado muestras de ello en un track en wikiloc. Sin embargo la ruta, a pesar de que los parajes son de una belleza alucinante, no es para nada ciclable, y me tocó saltar vallas, andar e incluso trepar con la bici al hombro. La aventura es la aventura.

Ahí va el track y las fotos.

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Tragacete - Agosto de 2010

De nuevo hemos vuelto a la cuna del BTT en la serranía de Cuenca, y no ha decepcionado. La pega es que no pudimos llevarnos cámara de fotos y sólo tenemos cuatro fotillos que hicimos con el móvil y algún video muy chulo que hizo Abel con una cámara que lleva incorporada en el casco.

El primer día nos fuimos a ver la ganaderia de Valtablao, tomando caminos por pinares y llegando a una trialera que baja a una pista / carretera, para tomar otra pista en bajada y llegar a un amplio valle donde está la ganaderia. Las vistas alucinantes, y si no tienes miedo a los toros, pues es una gozada verlos por allí pastar. Luego vuelta por la Losa y finalmente un pateo impresionante por enmedio de un cortado que nos obligó a echarnos la bici al hombro porque no había nada ciclable.

El pateo desde la Losa nos hizo replantearnos la ruta del día siguiente, que nos llevaría al lecho del Tajo de nuevo a andar por roquedales, y como yo andaba con el tobillo fastidiado, decidimos repetir la Tragacete Off Road del año anterior, pero esta vez al revés, para subir el principio por asfalto y bajar por el camino de cabras (o de vacas, o lo que sea, pero poco ciclable). De nuevo rutón. Salida por el estrecho del infierno, donde hay que echar pie a tierra, llanear por el altiplano de encima del nacimiento del Cuervo, y bajar a la Vega del Codorno. Desde aquí remontamos una pista y luego un sendero que va al lado del arrollo del Chispo hasta retomar pista en una dura subida hasta llegar al montañón que queda tras Tragacete. La bajada muy técnica, que Abel hizo sus delicias y casi me peta la Giant, y un servidor con paciencia pero casi todo en bici hasta Tragacete.

El tercer día tuvimos que volver a casa porque se pasó toda la tarde y noche diluviando, y el terreno estaba poco propicio.

Conclusiones que he sacado: en verano hay muchos bichos y mucha "polsaguera". La BTT mejor en invierno. La doble Cannondale no me aporta demasiado que justifique la doble suspensión con todo lo que ello conlleva, y me planteo cambios: ¿Mejorar la rígida y quedármela? ¿Una Epic S-Works Carbon? ... Pronto lo sabremos.

Por el momento me voy con la flaca y la Cannondale a Requena a ver que puedo sacar de las dos durante quince dias.

Tragacete - Verano de 2007 - Dia 3 - El Rincón del Buitre

Quizás sea la jornada de BTT más épica que haya vivido. Ya no la más bonita, que lo fue, ni la más divertida, que también. Lo que fue es una jornada de aventuras pura y dura.

Partimos de Tragacete por la carretera que sube hacia el Nacimiento del Río Cuervo, y a los pocos quilómetros nos tenemos que desviar a la izquierda. Sin embargo algo cambió desde que los de En Ruta hicieron el recorrido, pues el desvío no se encontraba donde el track indicaba, sino bastante antes, y el camino tenía una puerta con un cartel y estaba todo vallado. Esto tenía una pinta de ganadería vacuna que tiraba para atrás. El camino desaparece bajo nuestras bicis, y sólo se pueden ver excrementos de vacuno aquí y allá. El momento “toro bravo” hace su presencia, a pesar de que no terminábamos de ver la manada. Abel y yo vamos sin hacer comentarios, mirando a todas partes, y avanzando por un camino inexistente, con la incertidumbre de si nos encontraremos o no algún astado. Finalmente encontramos una valla que nos toca saltar, pero al menos nos tranquiliza: ya estamos fuera de la dehesa.

Saltando la Valla y saliendo de la dehesa

Comienza una ligera subida hacia el Colladillo Seco y los Vasallos, al revés que lo pasáramos en la jornada anterior, pero llega un momento que nos tenemos que desviar por lo que parece un camino que casi ha desaparecido, de mucha tierra suelta y fuerte pendiente en descenso. Allí nos encontramos en varias ocasiones con grupitos de gamos que saltan a nuestro paso y alguna que otra ardilla. El camino se convierte en senda y la senda en una fuerte trialera que tenemos que bajar andando por la fortísima pendiente.

 
Circulando antes de bajar al Vallejo del Sotillo

Tras esto llegamos al lecho del Vallejo del Sotillo. En la explicación del track se indica que el barranco está inundado por boj de pequeño tamaño que hace imposible el circular en bici. Pues bien, el boj se había convertido en una maraña de arbustos de más de tres metros de alto. Intentamos pasar en varias ocasiones, pero era excesivamente tupido. Estuvimos a punto de rendirnos y darnos la vuelta, sin embargo se me ocurrió escalar por una de las laderas del barranco para ver cuán largo era el trozo de maleza y pude comprobar que no era más de 10 metros. Así pues, nos pusimos a romper maleza y a meternos con nuestras bicis, a pesar de los arañazos que sufrimos por todas partes. Pero logramos pasar.

La maleza no nos dejaba seguir el camino en el Vallejo del Sotillo

La verdad es que mereció la pena. Lo que pudimos disfrutar a continuación es de lo más espectacular que he podido disfrutar en la naturaleza. Tras discurrir con la bici por el lecho del barranco, ya ciclable aunque sin camino alguno, llegamos a la cabecera del rincón del buitre, que no es ni más ni menos que una afluencia de torrenteras que forman una enorme “olla” o desfiladero de vistas espectaculares. Pero lo mejor estaba por venir. Retomamos el camino y accedemos al rincón del buitre por la parte superior. Allí nos encontramos con algo sobrecogedor: al acceder por un sendero, cinco buitres leonados emprenden el vuelo a nuestros pies, mostrando toda su envergadura ante nuestras atónitas miradas, tras lo cual comienzan a planear de manera espectacular por el rincón que toma su nombre. El eco que provocaban los graznidos de los buitres en la olla del rincón era algo especialmente remarcable.

El Rincón del Buitre

 
Rincón del Buitre

Con la imagen en nuestras retinas retomamos el camino. Parece que algún buitre hace giros sobre nuestras cabezas, por si las moscas, pero se ve que se da cuenta que estamos demasiado vivos para sus gustos.

 
Arroyo del Pozarrón - Saliendo del Buitre

Llaneamos un rato, hasta encontrarnos de nuevo con las eternas vacas. La primera vez las rodeamos campo a través, pero a la siguiente ya demasiado cansados pasamos junto a ellas. Menos mal que no eran bravas esta vez.

Así quedaron nuestras piernas por los rasguños de la maleza

Seguimos subiendo por pistas, hasta tomar la cabecera del valle. Ahora hay que bajar por la ladera que subimos el día anterior para llegar hasta el valle de Tragacete. Abel pincha y le toca hinchar en varias ocasiones. Yo hago la bajada definitiva y llego sin más dilación al pueblo.

Comimos satisfechos de la aventura y hasta nos hacemos una foto con Martínez

De derecha a izquierda, el tío Paco, Abel y un servidor

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Tragacete - Verano de 2007 - Dia 2 - Tragacete Off Road

Hoy se incorporan a la excursión Jorge y Vicente, que vienen esa misma mañana y se irán después de comer. La ruta está pensada para ser la más larga como eje de las tres que se harán finalmente. Sin embargo quizás no sea la más exigente, como luego se verá en el Rincón de los Buitres.

Nos lo tomamos con tranquilidad, por el relente mañanero y por esperar a Vicente y Jorge. Desayunamos, nos vestimos y preparamos las máquinas. Llegan Vicente y Jorge y tras llenar los “camel back” en la helada fuente de San Blas, partimos hacia las crestas montañosas del sur de Tragacete. La ascensión no tiene un camino claro, así que tomamos algo parecido a una senda que discurre por barrancos y laderas, tras pasar el monte calvario del pueblo. La mitad lo tenemos que hacer andando por la piedra suelta y las duras pendientes. Tras llegar arriba, la dura caminata es compensada por las bonitas vistas del valle de tragacete. Allí arreglamos un pinchazo del amigo Jorge.

Dura subida de salida

Desde ahí hubo cambio radical de terreno. Tomamos pistas forestales en medio de un espeso bosque de pinar, al principio de subida y larguísimo descenso, hasta que llegamos cruzamos el puente de las vaquerizas. Aquí tuvimos dos curiosos sucesos. Nos encontramos con una manada de reses bravas que nos asustaron un tanto, ya que una vaca se había separado de la misma, y en la otra parte del camino nos observaba con desafío. Ninguno se atrevía a pasar, hasta que la vaca pasó al otro lado con la manada. Con esto, y no sin miedo, pudimos pasar de largo, todo lo rápido que pudimos. Al preguntarle al pastor que luego vimos si las vacas embestían, nos respondió tranquilamente que “un poco”. En fin.

Cruzando el Arroyo de las Vaquerizas

Tras esto nos adentramos en el bonito paraje del Arroyo de las Vaquerizas, que no era más que un sendero que discurría al lado de un arroyo que tuvimos que cruzar en varias ocasiones, donde Jorge para no perder costumbre se mojó hasta los tobillos. Tras esto descendimos hasta la Vega del Codorno, concretamente a la aldea de la Cueva, donde pudimos llenar agua.

Bonita estampa de la Vega del Codorno

La salida de la Vega del Codorno se hizo especialmente dura, sobre todo para el amigo Abel, que no acostumbrado a llevar a una pandilla de “carreteros” apretándole, pasó malos momentos en la salida de la Vega, de duras rampas y todo en asfalto. Tras la salida de la Vega tomamos una pista forestal que nos llevó a la Muela de San Felipe, que queda justo encima del Nacimiento del Río Cuervo. Las rampas de esta subida fueron lo más duro que nos encontramos en estas jornadas, con tramos del 15% y media del 9%.

 
Pasamos junto al ganado de ovejas y cabras en la Muela de San Felipe

Desde la Muela ya fue terreno conocido (al menos por nosotros). Bajada por el Estrecho del Infierno y el Albergue de San Blas hasta Tragacete. Bonita jornada de bicicleta de montaña que fue coronada por una excepcional comida regada del vino de la tierra. La siesta posterior también fue memorable. Cenamos en el Hostal El Gamo. Nuestro amigo Paco “Martínez” estaba enfadado porque los gamos se le habían comido el grano y los criados le habían podido segar bien poco. “Malditos gamos”, decía el hombre.

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Tragacete - Verano de 2007 - Día 1 - El Arroyo del Chispo y el Estrecho del Infierno

Me he permitido rescatar este material olvidado de la web de la Peña Ciclista de Mislata, porque no quiero que se pierda, y quiero hacerlo con motivo del nuevo viaje que hemos organizado para este mes de agosto, de nuevo Abel y un servidor. Ahi va.

A las 7h. llego a casa de mi compañero de batallas, el bueno de Abel. Hay bastantes nubes y el cielo amenaza lluvia. Conforme avanzamos hacia Cuenca las nubes persisten pero las posibilidades de lluvia son escasas. El terreno al que nos acercamos empieza a darnos una idea de lo que vamos a tener delante: frondosos bosques de pino carrasco, empinadas laderas, profundos valles e inhóspitos barrancos.

10:00 h. Hemos llegado a Tragacete y la temperatura es bastante fresca. Pero cual es nuestra sorpresa cuando Abel comprueba que ha olvidado las botas de la bici. ¿Y ahora que? Pues a la tienda de deportes más cercana, en Cuenca. Nos pegamos el “barrigazo” de ir y volver a un centro comercial en Cuenca, comprar botas (y alguna cosilla más de paso), almorzar por allí un buen bocata de jamón y queso manchego, montar las calas de vuelta a Tragacete y salir de ruta a las 13:30 h. Algo curioso: por el camino vimos posado en la carretera un buitre leonado. Algo le pasaba. O estaba enfermo, o mal de la cabeza para posarse con esa pachorra.

13:30 h. A pesar de ser pasado el mediodía la temperatura es buena, es decir, no hace mucho calor, y el viento es fresco. Partimos de Tragacete dirección Norte, pasando la fuente de San Blas, y encarando unas duras rampas de camino asfaltado que ya nos dieron una idea de lo que nos esperaba. A la derecha de nuestro camino teníamos las postrimerías de lo que más abajo se convierte en el río Júcar. Cruzamos el río y giramos a la derecha para ascender el Punta´del Osejón, de grandes pendientes (hasta casi el 16%, con media del 7%), que nos hicieron sudar tanto por las rampas como por lo escarpado del terreno. 

 
 Subiendo el Osejón

 
Subiendo el Osejón II

Abel coronando el Osejón

Desde allí bajamos por un camino de tierra suelta y muchas ramas de la poda de los pinos, hacia el arroyo del Chispo. El sendero que discurre al lado del arroyo era una delicia. Tan sólo se podía vislumbrar ligeramente el trazado en medio de la espesura y los claros del bosque. En muchas ocasiones el camino se perdía totalmente, y había que seguirlo campo a través. Esto, que parece un tanto extraño, sería una constante en las excursiones por este territorio. No es complicado ya que las praderas son firmes y el GPS indica el camino.

Típica estampa del camino en el Arroyo del Chispo

 

Circulando por el Arroyo del Chispo

Tras esto tomamos una pista forestal que nos llevaría a la Umbria de San Felipe, el Tormo Cañaveras y el Estrecho del Infierno, un lugar donde el río Jucar pasa en un desfiladero entre rocas y por donde discurre nuestro sendero. Todo ya sería divertidas sendas entre el bosque hasta llegar de nuevo a San Blas y descender a Tragacete.

En el Estrecho del Infierno

Bonita excursión como toma de contacto, que nos permitió pasar la tarde visitando el Nacimiento del Río Cuervo.

 Hemos conocido a Paco, el dueño del Hotel donde nos alojamos [Hotel El Gamo], que resultó ser un curioso personaje, un tanto anclado en las costumbres del pasado, y que nos sorprendería con alguna que otra declaración de sus ideales nostálgicos. Ya me entienden. Nosotros le llamábamos “Ilustrísima”, “Don Paco” o “Martínez”, de un conocido personaje de la revista “El Jueves”.

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